En la zona del Valle de México y Valle de Mezquital, la urbanización y otros factores pone en riesgo el desempeño de apicultores, así lo expresa Manuel Hernández, originario de Zumpango, quien comercia la miel en los municipios de esta región.
Indica que la producción de miel se enfrenta a alteraciones, una de ellas es la urbanización, pero sobre todo la falta de alternativas para preservar esta actividad, porque de alguna forma la población seguirá creciendo y las necesidades también.
Al encontrar su entorno perturbado por la creciente urbanización, la construcción de fraccionamientos que implica deforestación de árboles y plantas silvestres, el habitad de las abejas se afecta de manera importante su alimentación y por lo tanto la disminución de la población de estos animalitos prioritarios para la biodiversidad de la que todos dependemos para sobrevivir, explica el biólogo Víctor Ramírez.
Las abejas proporcionar alimentos de alta calidad, miel, jalea real, polen y otros productos como la cera de abeja, el propóleo y el veneno de abeja, indica el comerciante, pero también se ven afectadas por el uso de agroquímicos y pesticidas en las zonas ejidales, lo que hace que este producto cada vez más difícil de sostener por la urbanización y el cambio climático.
El productor apícola se documentó respecto a la crianza de las abejas y a prestarles los cuidados necesarios para extraer el principal producto, la miel, de ese modo fue conociendo los espacios requeridos, sus enfermedades, desnutrición, identificar una abeja reina vieja, cuando un remplazo, el periodo de floración, para aprovechar el producto esencial y comercializar su producto.
Reconoce que la cría de abejas requiere muchos cuidados ya que pueden adquirir enfermedades; una puede ser por tomar agua contaminada, por la que contraen enfermedades como la “nocema”, la “la cría saciforme” en la que no se logran completar su formación, o la “plaga de varroa” que les daña las alas, indica que son aproximadamente 8 enfermedades que existen en México y que dañan las colmenas.
Ante las perdidas por inclemencias del tiempo, la SAGARPA identifica a los apicultores a través de un registro nacional, sin embargo, es un seguro de perdidas nulo, dice el productor porque el registro promueve otro programa que apoya con un porcentaje del costo del equipo, el resto lo cubre el propio apicultor.
Cabe mencionar que el Estado de México ocupa el sexto lugar en producción y el tercero en exportación mundial de miel, Manuel menciona que en la zona norte del Valle de México existen pequeños productores, son más reconocidos en la parte noroeste del Estado, y hay muchos más productores en la zona sur, pero en términos reales hay poca miel en el país por la falta de lluvia y por una helada temprana que quema las plantas, por los pesticidas y porque no hay cultura ambiental, siendo que un ciudadano común puede ayudar a las abejas, sembrando plantas en sus hogares para estos polinizadores.