Durante la última década en la entidad mexiquense se ha registrado un incremento en las temperaturas promedio, alcanzando hasta un grado de manera anual, mientras que los municipios más susceptibles a presentar afectaciones ante este escenario son los ubicados en el sur mexiquense, aunque también se han identificado regiones en el norte y los valles de Toluca y México, debido a su densidad poblacional.
De acuerdo con las proyecciones realizadas por el Instituto Estatal de Energía y Cambio Climático (Ieecc), a partir de 2020 se tuvo un aumento en las temperaturas que oscilaron entre 0.8 y 1.2 grados, continuando con una tendencia de crecimiento, llegando a 2050 a un aumento anual que podría ir de uno y dos grados.
El aumento máximo en las temperaturas anuales se podría registrar en el año 2080, cuando la temperatura incrementaría entre dos y cuatro grados y si bien todos los modelos indican un aumento en la temperatura, también muestran una disminución en las precipitaciones (lluvias), mientras que los frentes fríos podrían volverse menos frecuentes.
En el «Programa Estatal de Acción ante el Cambio Climático» se presentan dos escenarios de proyección climática en el Estado de México, en el futuro cercano (2015-2039) y lejano (2075-2099) contemplando distintos factores meteorológicos, entre ellos el aumento en las temperaturas, mostrando algunas de las regiones más vulnerables.
En el apartado «Escenarios de cambio climático en el Estado de México a corto, mediano y largo plazo», este documento señala que la temperatura ha seguido esta tendencia mostrando los valores más altos en el periodo de marzo a junio; sin embargo, también se observan ligeros aumentos en la temperatura a lo largo del año.
«El clima es un elemento que se encuentra en cambio constante debido a la interacción de las diferentes variables meteorológicas, sin embargo, debido al incremento de la población y al desarrollo de actividades económicas que permitan su estabilidad, se favorecen procesos como el cambio de uso de suelo, lo que provoca a su vez incremento en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, derivando en un incremento en la temperatura y favoreciendo mayor variabilidad climática», se detalla.
Se muestran grados de vulnerabilidad muy bajo, bajo y medio en todo el territorio urbano de la entidad. El grado de vulnerabilidad muy bajo es el que predomina en y se encuentra de manera dispersa; sin embargo, se nota la concentración de este grado de vulnerabilidad principalmente en áreas urbanas de las Zonas Metropolitanas de los Valles de México y Toluca, con una superficie de 2 mil 011.88 kilómetros cuadrados, lo que equivale al 84.85 por ciento del total.
Cabe señalar la primera zona metropolitana cuenta con una población de 21 millones 804 mil 515 habitantes, y la segunda con 2.3 millones de habitantes, por lo que además del aumento en las temperaturas máximas, se tienen otros factores que incrementan la vulnerabilidad.
«Para este tipo de vulnerabilidad es importante considerar el efecto de Isla de Calor Urbana, principalmente para las Zonas Metropolitanas del estado, ya que su afectación se puede dar de manera indirecta a causa de las temperaturas máximas afectando la salud de las personas, así como algún tipo de infraestructura que pueda ser susceptible a un deterioro», se indica.
En cuanto al grado de vulnerabilidad bajo, se presenta en las regiones centro, al norte de Toluca, Zinacantepec y Donato Guerra; de igual manera abarca gran parte de municipios como Hueypoxtla, Tequixquiac, Zumpango, Temascalapa, Axapusco, San Martín de las Pirámides, Teotihuacán, Otumba, Texcoco, Tezoyuca, Chalco, Ozumba y Tepetlixpa.