Evidencias de un proyecto arquitectónico de principios del siglo XVII se pueden apreciar en el municipio de Huehuetoca, una abertura entre los cerros, conocido como Tajo de Nochistongo es parte de la primera obra de desagüe de la CDMX a la que le urgía desalojar el agua.
En noviembre de 1607, el virrey Luis de Velasco ordenó al cosmógrafo Enrico Martínez la realización del proyecto y construyó de un canal en Huehuetoca, con el fin de drenar el lago de Zumpango para prevenir las inundaciones, igualmente se interceptaría el río Cuautitlán para ser redirigido hacia el río Tula.
La excavación del canal de Nochistongo inició bien, el volumen de agua fluía, pero en 1629 ocurrió una gran inundación en el valle de México, así que el arquitecto decidió cerrar la entrada al canal de desagüe, para evitar que la gran cantidad de agua dañase la construcción aún inconclusa, las inundaciones fueron consideradas entre las peores que sufrió la ciudad.
Martínez fue acusado de negligencia y encarcelado, luego de ser liberado propuso continuar la construcción del tajo de Nochistongo a cielo abierto, idea que no fue bien recibida pero que en 1637, a siete años de su muerte fue implementada su idea, pero las inundaciones en la ciudad seguían siendo devastadoras, el error, según datos del cronista municipal era la pendiente, pues no daba corriente por gravedad y el terreno no era firme pues presentaba derrumbes, “la obra ya era obsoleta”.
Fue hasta 1884, bajo el gobierno de Porfirio Díaz, que se inició la construcción de un segundo sistema de desagüe el gran canal que desaloja agua desde Lecumberri hasta el Puente de Fierro de Ecatepec, de ahí a las cajas de agua de Zumpango y luego por el túnel de 16 kilómetros hasta Tequixquiac, de igual forma, este fue insuficiente, debido al hundimiento de la CDMX, dejó de cumplir al cien sus funciones a inicios del siglo XXI, y el tema del desalojo siguió siendo urgente.
Finalmente, el gobierno de Felipe Calderón, ayudó al iniciar la construcción del Túnel Emisor Oriente (TEO), obra de 30 mil millones de pesos que duró 11 años en ejecutarse, con beneficio para 21 millones de habitantes, fue inaugurada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, justo a pocos días de haber tomado el cargo, la inauguración fue precisamente en la zona del Tajo de Nochistongo con presencia de los gobernadores de Hidalgo, Estado de México, la jefa de la Ciudad de México.
El TEO tiene siete metros de diámetro y una longitud de 62 kilómetros con capacidad para el desalojo de aguas residuales y de lluvias de hasta 150 metros cúbicos por segundo, cifra que equivale a 30 pipas de agua por segundo.
Comienza en la confluencia del Gran Canal del Desagüe con el río de los Remedios, en la alcaldía Gustavo A. Madero, y descargará en el municipio de Atotonilco de Tula, Hidalgo, justo el trazo que tenía el Tajo de Nochistongo, hoy, vestigio de trascendencia histórica que quedó para contarse en el municipio de Huehuetoca.