Derivado del alza en el precio de algunos insumos y luego de casi 5 años de mantener los precios, para este ciclo escolar 2023-2024, se espera un incremento de al menos 3 por ciento en los precios de los uniformes escolares.
De acuerdo con Edgar Cervecero López, Tesorero de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur), este año los padres de familia gastarán entre mil 500 y 2 mil pesos por el uniforme deportivo y de gala de sus hijos.
«Tenemos casi cinco años, incluso antes de la pandemia, sin mover la lista de precios de los uniformes, se han venido manejando igual que en 2019, por ello es necesario hacer el ajuste para dar viabilidad a nuestros negocios y tener utilidades justas. Si el año pasado los compraron en mil 500 pesos y este año los encuentran en mil 600, no todo es ganancia para el fabricante, pues tiene que destinar una gran parte a insumos, impuestos y salarios».
La pirámide inflacionaria de los insumos del sector como las telas, cierres, botones y demás -dijo- ha tenido una tendencia a la alza del 5 por ciento respecto al año pasado y desafortunadamente no se ha detenido. Lamentablemente -añadió- el aumento de los insumos no puede replicarse en los precios finales al consumidor porque el mercado y la competencia los obligan a mantenerlos o aumentarlos solo un 2 o 3 por ciento para seguir siendo operativos y competitivos.
Destacó que hay escuelas que solo solicitan el uniforme deportivo básico (pantalón y sudadera) para ambos sexos y el gala (pantalón o falda, suéter y camisa), pero hay otras que exigen los tenis con el logotipo de la institución, un blazer, gorra, chalecos o chamarra, pero el costo promedio de ambos oscila entre mil 500 y 2 mil pesos.
Cerecero López, destacó que dicho incremento tampoco ayuda a subsanar las perdidas que han tenido por la informalidad del sector textil, especialmente, porque las autoridades correspondientes no han hecho lo propio para combatir, infraccionar o castigar este problema que persiste afuera de las escuelas con automóviles que ofrecen uniformes en sus cajuelas.
«No solo tienen uniformes, sino una variedad de artículos escolares, golosinas y lonche para los niños. Nosotros cubrimos la carga social, impositiva y el gasto corriente de nuestra actividad, algo que en el comercio informal no se da y nos vuelve vulnerables».
Sostuvo que no es lo mismo la persona que vende un suéter en 300 o 400 pesos que un negocio que lo vende en 450, pues al final el margen de ganancia es muy superior en la informalidad, porque el negocio debe pagar luz, licencia de funcionamiento, la nómina de los trabajadores, entre otras cuestiones.
«Un establecimiento legal tendrá márgenes de ganancia de entre 20 y 28 por ciento, mientras el comercio ilegal se lleva fácilmente 50 por ciento».
El también empresario textil exhortó a los padres de familia a adquirir sus productos lugares establecidos y tengan la certeza de que están comprando un producto de calidad y que cumplen las Normas Oficiales Mexicanas (NOM’s).
Quiénes ofrecen los uniformes que dejaron sus hijos por redes sociales -finalizó- también generan una competencia desleal y no generan garantía. «No es tan malo reciclarlos o reusarlos, sin embargo, sigue siendo ilegalidad».