En el Estado de México, el asesinato de niños, niñas y adolescentes es una problemática que se ha recrudecido con el cambio de las distintas administraciones. De enero a julio de este año, suman 94 decesos de menores de 0 a 17 años por homicidio culposo y doloso; sin embargo, se registró el aumento de 20 casos en un solo mes, lo que lo cataloga como el más violento en ocho años.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, actualizado ayer 22 de agosto, destaca que en el territorio mexiquense han fallecido mil 330 menores de 2015 a la fecha lapso, siendo en pandemia, 2021 el año más mortal de la niñez con 179 casos registrados. Fue 2018 el año con el registro más bajo con 111 casos.
El promedio mensual más alto anterior fue de 14.9 casos en 2018, sin embargo en agosto de 2023 alcanzó la cifra de homicidios a menores de edad, con una incidencia total de 94 muertes, lo que significa que cada 2 días un menor fallece en el Estado de México.
A pesar de que el homicidio culposo ocupa casi la mitad de los casos, es decir, en 41 de las 94 muertes se registraron por accidentes de tránsito, en el resto la violencia prevalece. Por armas de fuego han fallecido 28 niños; en 18 se asesinaron con elementos no especificados y uno de ellos con arma blanca; sin embargo, también se han registrado seis feminicidios, cinco de ellos por elementos no registrados y uno de ellos por arma de fuego.
De enero a junio de 2023 han tenido lugar 500 asesinatos de niñas, niños y adolescentes en México, de los cuales 117 fueron feminicidios y homicidios dolosos de niñas y mujeres adolescentes, mientras 383 correspondieron a homicidios dolosos de hombres.
Esto significó que entre los meses de enero a junio de 2022 y los mismos meses de 2023, los asesinatos de niñas, niños y adolescentes en el país disminuyeron 18.3%, pasando de 612 asesinatos de personas de 0 a 17 años a 500.
Entre las administraciones federales de Enrique Peña Nieto y la de Andrés Manuel López Obrador el promedio mensual de asesinatos de niñas, niños y adolescentes ha aumentado de 84.3 asesinatos al mes a 97.3 asesinatos al mes.
Por otro lado, 12.4% de los homicidios de personas de 0 a 17 años que han tenido lugar en este país durante la administración federal actual fueron registrados en Guanajuato (1,398 en total), mientras 8.9% se registraron en el estado vecino de Michoacán (1,007 en total) y 6.7% en el Estado de México (752 en total). En estas tres entidades se observó uno de cada cuatro homicidios de personas de 0 a 17 años durante este periodo.
Para la investigadora y especialista de la prevención del delito y seguridad de la Universidad Autónoma del Estado de México, Cristina Pablo Dorantes, la violencia que se ha recrudecido en el país, ha tenido consecuencias fatales en los menores, tal fue el caso de la muerte de Katia, una niña de cinco años quien recibió una bala en la cabeza producto del fuego cruzado por la ejecución de dos hombres en un tianguis del municipio de Chalco.
Destacó la necesidad de que los gobiernos implementen acciones concretas e inmediatas para alejara a la niñez de la violencia que acecha en casa y en las calles; aseveró que no existen esfuerzos por parte de las administraciones municipales, estatales o federales para contener la violencia hacia los menores.
Tras señalar que la problemática es multifactorial, hizo hincapié en la necesidad por la falta de oportunidades y los niveles de pobreza que registra la entidad mexiquense,
“Hay que contextualizar que en estos casos ya de violencia extrema, el homicidio es el paso final pero sin duda hay detrás muchísima más violencia familiar o por parte de otras personas a cargo del menor la realizaron antes de llegar a estos casos. En el contexto de normalizar la violencia y la impunidad, la localización de los cuerpos es un mero trámite y no hay compromiso de parte del gobierno por resolver los casos, por lo que es muy fácil tenerlos en la impunidad».
Destacó que las muertes son una muestra de que la niñez no es la prioridad en la seguridad para las autoridades y actualmente no solo los sicarios matan, sino que los padres y familiares conocen el nivel de impunidad que es «sencillo» poder realizar acciones en contra de la dignidad de los infantes y de la sociedad en general.
Señaló que el trabajo sistemático y la denuncia pública que han realizado diversos colectivos de mujeres, grupos feministas y académicas, ha permitido empezar a reconocer y tomar conciencia de esta problemática, de la violencia extrema que viven niñas y adolescentes, y sus consecuencias en los asesinatos feminicidios u homicidios intencionales.
“Los esfuerzos realizados hasta ahora dan cuenta de que se trata una problemática que, desafortunadamente, va en aumento y se ha extendido a prácticamente todo el territorio nacional”. Hay varias razones para ello: los datos oficiales “no permiten conocer el contexto donde se producen los feminicidios y tampoco la cadena de violencia de género que los precede”.