Con la celebración de las fiestas patronales en honor a San Bartolomé Apóstol en la cabecera municipal de Hueypoxtla, es tradición de los pobladores abrir los túneles del cementerio subterráneo, justo debajo de la parroquia, sin embargo, por reblandecimiento de la tierra y para evitar deterioros no se abrirá en las fechas programadas, así lo determinó el Comité de vigilancia, encabezado por el Párroco Sergio Sánchez Barrientos y el guía Carlos Ponciano García.
La decisión tiene que ver con el seguimiento que le dan a la investigación los especialistas del Instituto de Nacional de Antropología e Historia (INAH), el cual puede afectar evidencia, ya que cada vez más es el número de visitantes, de tal forma que las condiciones de humedad y filtración de agua, deteriora el lugar, indican los miembros de este Comité.
A iniciativa de este Comité, se realizan la investigación que encabeza la arqueóloga Perla Ruiz Albarrán que inició en 2018 junto a un grupo de especialistas del (INAH) y estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), con el objetivo de saber quiénes se encuentran en las 72 tumbas de este túnel.
En cuanto al estudio de este sitio descubierto por trabajadores en 1934, la especialista indica que el trabajo en las criptas subterráneas lo inician en el 2019, interrumpidos por los años de pandemia, regresaron a hacer un registro exhaustivo, requerido por Consejo de Arqueología como requisito para registrar el proyecto al INAH, y es en mayo de 2023 cuando abren los primeros dos lóculos.
La investigación que realizan consiste en antropología física que hace el grupo de historiadores, antropólogos, etnólogos, entre otros especialistas, pertenecientes al laboratorio de Bioarquelogía, equipo que ayudará a resolver la incógnita de los pobladores por saber quiénes son las personas que se encuentran sepultadas, para ello realizarán osteobiografías.
Para la arqueóloga, la condición de humedad en el terreno impide hacer cualquier acomodo, “si movemos los restos, pueden deshacerse (…) tenemos prohibido por Consejo de Arqueología levantarlos, las observaciones realizadas se hacen desde el sitio y las fotografías permiten hacer modelos fotogramétricos, sin tocarlos”.
Producto de este enigmático sitio, la académica informa que ya existe una tesis de maestría en la UNAM y hay dos estudiantes más interesados en temas sobre prácticas sepulcrales y otra sobre la construcción del espacio.
Perla es la encargada de investigar el comportamiento funerario, Jorge Gómez Valdés, Antropólogo Físico, que estudiará la variabilidad biológica de las poblaciones, una arqueóloga estudiará la infraestructura y los historiadores sobre documentos existentes, a la fecha se pudieron detectar del archivo parroquial que hay algunos del siglo XVI y XVIII, solo hace falta saber quiénes son; ellos junto a los alumnos, son los que conforman el equipo de investigadores.
Para la población, las medidas de conservación son viables por eso lo mantienen cerrado, reconocen que la comunidad tiene derecho saber de su historia y toda la población se mantiene atenta, además que les gusta saber que resguardan un tesoro arqueológico que enaltece su municipio.