Protagonista de uno de los platillos más populares de la cena del 15 de septiembre por el Grito de la Independencia, el maíz pozolero alcanzó en agosto de 2023 su precio más alto para un mismo mes desde que el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) de la Secretaría de Economía tiene registro.
El maíz blanco pozolero, que para muchas familias es la estrella de la tradicional noche mexicana, fue en agosto de este año hasta 28 por ciento más caro en comparación con el mismo mes de 2022, al pasar de un precio promedio mensual de 19.20 a 24.60 pesos por kilogramo (kg) comercializado en bulto de 50 kg en la Central de Abasto de la Ciudad de México, ubicada en la alcaldía Iztapalapa.
Si se compara con agosto de 2017, año en que el SNIIM comenzó a registrar el precio de este grano en el principal mercado mayorista y minorista de productos de consumo de la capital del país, el maíz pozolero aumentó más del doble, al pasar de 10.60 a 24.60 pesos por kg comercializado en bulto, un incremento de 132 por ciento.
En agosto de 2020, año de la pandemia de covid-19, el maíz blanco pozolero alcanzó en la Central de Abasto de Iztapalapa un precio promedio mensual de 24.50 pesos por kilo, 10 puntos porcentuales menos que el registrado en el mismo periodo de 2023 (24.60 pesos por kg).
Durante la primera quincena de agosto de 2023 la inflación general anual se ubicó en 4.67 por ciento, mientras en el mismo periodo de 2020 fue de 3.99 por ciento, 0.68 puntos porcentuales de diferencia, que (aunque en menor medida) se ven reflejados en el precio de este grano.
En la última semana de agosto de 2023 el maíz pozolero alcanzó un precio máximo de hasta 27 pesos por kilogramo comercializado en bulto de 50 kg, 25.5 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado, cuando se vendió en un máximo de 21.50 pesos por kg.
El precio mínimo registrado en la quinta semana del mes fue de 25 pesos por kilogramo, 38 por ciento más que el más bajo registrado en el mismo periodo de 2022, cuando tocó los 18 pesos por kg, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Contrario al maíz, la cabeza de cerdo, que es la que le da el tan distinguido sabor al pozole, alcanzó en el octavo mes del año un precio promedio de 41 pesos por kilo al mayoreo en la Ciudad de México y su zona metropolitana, casi 20.6 por ciento más cara que el mismo periodo del año pasado, cuando se vendió en un promedio de 34 pesos el kg.
Si comparamos el precio alcanzado en agosto de 2023 con el del mismo mes de 2020, la cabeza de cerdo es hoy incluso tres pesos más cara que cuando la emergencia sanitaria alcanzó su máximo apogeo, cuando tocó los 38 pesos por kilo al mayoreo.
Pero este año el alza de precios también pasará factura a los más carnívoros de la familia, pues el retazo de carne de cerdo alcanzó un precio promedio al mayoreo de 52.50 pesos por kilo, casi 42 por ciento más (15.5 pesos) que el año pasado.
Cenar en casa la noche del 15 de septiembre será este año hasta 40 por ciento más caro que en 2022, con un gasto de al menos 5 mil pesos para una celebración de 10 personas, contando los platillos tradicionales, las bebidas y la decoración, según el último estudio de mercado de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
Aunque el gasto de una noche mexicana en casa se queda corto si optan por celebrar en un restaurante de gama media, como La Casa de Toño o Pozolcali, donde una familia de 10 integrantes puede llegar a gastar hasta 9 mil pesos la noche del Grito (900 pesos por cabeza).
Lo más barato sería festejar en la calle, ya sea en alguna plaza pública como el Zócalo capitalino o en un tianguis nocturno, donde si se suma el transporte, las garnachas, un postre y una bebida caliente, una familia puede desembolsar hasta 4 mil pesos, mil pesos menos que hacerlo en casa.
Citado en un comunicado difundido el lunes 4 de septiembre, Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Anpec, señaló que México padece una inflación prolongada en alimentos y gastos esenciales que deja a las familias vulnerables al no contar con el poder adquisitivo necesario.
“Esto estresa una vez sí y otra vez también a las familias, al no aguantar el paso del calendario de consumo al que todos aspiramos y al que tenemos derecho, como es el caso de los gastos propios de esta celebración que tanto nos identifica y enorgullece”, agregó.