El pasado 5 de septiembre, el Sismológico Nacional informó sobre el último reporte de un microsismo de magnitud 1.6 grados a 4 kilómetros al noreste de la cabecera municipal de Atizapán de Zaragoza, el movimiento ocurrió a las 13:06 horas y su profundidad fue de 3 kilómetros.
En ese reporte se contabilizaron 66 con movimientos durante todo el día en todo el país con movimientos telúricos menores a 5.0 grados y que mantuvieron en alerta a las autoridades encargadas de Protección Civil, tanto en municipios, estados y federación.
El concepto de los microsismos es prácticamente nuevo en el territorio mexiquense, especialmente a la Zona Metropolitana del Valle de México, donde existen movimientos subterráneos por las placas tectónicas y se activan por acumulación de energía, que se puede producir por diversos factores como la interacción del suelo lacustre y volcánico, característico de esta parte del país, y que son fuertemente percibidos por la población más cercana al epicentro.
Así lo detalló Emilio Rangel, meterólogo de la UAEMéx, quien destaca los estudios de la máxima casa de estudios mexiquense, al señalar que comunmente son percibidos como una sacudida y sonidos de choques, que no pueden ser alertados a la población, dado que el sistema de alarma sísmica solo puede detectar sismos de la plazas del Pacífico.
El caso anterior en el territorio estatal se percibió en mayo pasado, en el municipio de Texcoco; movimientos que alertaron a los habitantes que se encontraban dormidos. De acuerdo con la información del SSM, el primer movimiento se registró a las 02:19 horas con epicentro 1 kilómetro al sureste de Texcoco de Mora y con magnitud de 1.7. Los siguientes temblores de baja intensidad se registraron a las 02:30, 02:44, 02:45, y 04:20 horas. El de mayor magnitud fue el ocurrido a las 02:30, de 2.1 grados con epicentro a un kilómetro al sureste de Texcoco de Mora. En la publicación del Sismológico Nacional algunos usuarios comentaron que sintieron el movimiento y algunos otros se preguntan si el temblor está relacionado con la intensa actividad que ha estado teniendo el volcán Popocatépetl.
La dirección de Protección Civil, Bomberos y Atención Prehospitalaria de la localidad informó que, por la baja intensidad que registraron los sismos, difícilmente pueden ser detectados por los habitantes de la zona. Sin embargo, sí se activaron los protocolos correspondientes para realizar las revisiones pertinentes a fin de descartar que hubieran daños en viviendas y calles. «No se activaron las alarmas sísmicas, primero porque en esta zona no hay sensores, segundo porque son de muy baja intensidad», detallaron.
La comunidad de San Miguel Coatlinchán, cuyo nombre en náhuatl significa lugar de la serpiente Koatl, que saltó a las páginas de la historia mexicana por el hallazgo del monolito de Tláloc en la década de 1930, sin embargo, hoy retoma su interés público por ser aquí el epicentro de la cinco microsismos reportados en mayo pasado y que llevó la presencia de especialistas de los tres niveles de gobierno para investigar sobre el tema.
Aquí, los vecinos reportaron fuertes estruendos emanados del suelo que alarmaron a la población por lo que de inmediato se tomaron las medidas necesarias para indagar sobre los hechos. Protección Civil federal y estatal, verifican el origen te estos movimientos de tierra y los ruidos que emanan del subsuelo. Y fue así como visitaron algunos domicilios afectados para analizar el nivel de daños.
El personal de Protección Civil también escuchó los testimonios de los vecinos de Coatlinchán, quienes mostraron los daños y grietas que han aparecido en sus domicilios luego de escuchar los estruendos subterráneos y sentir cómo se cimbran sus casas.
Las autoridades de Protección Civil solicitaron a los habitantes de Coaltinchán llevar una bitácora de la hora y fecha en que se presentan los estruendos y microsismos, así como gráficas de los daños que se causen en sus casas, estableciendo marcas y registro de grietas o daños que se observan, para que estos se agreguen a la investigación.