Durante la conferencia “Los astros y el próximo eclipse” ofrecida hace un par de días en las instalaciones del Museo de Murales Teotihuacanos «Beatriz de la Fuente» de la Zona Arqueológica de Teotihuacán (ZAT) los Arqueoastrónomos informaron que en un periodo de 600 años, en el florecimiento de la cultura teotihuacana, ocurrieron 29 eclipses ya sea solares o lunares.
Tras realizar una investigación sobre los eclipses ocurridos en Teotihuacán, destacan cuatro acontecidos en los años 12 (eclipse total de sol), el del año 338, 490 y el 576 que son eclipses parciales de sol, explicó Aarón González Benítez, Astroarqueólogo de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
Destacó que el último de estos eclipses, el del año 576 es muy cercano a la última fecha que se ha propuesto sobre la caída de Teotihuacán, por lo que podría estar relacionado con este declive.
“En esta sociedad con un gran incendio se quemaron las pirámides, se quemó la cantidad de Palacio en la ciudadela y comenzó una revuelta social. Los últimos trabajos de la doctora Linda Manzanilla ha fechado este suceso cercano al 575 y nosotros encontramos un eclipse para el año 576 entonces puede ser que haya un vínculo es muy probable. Desafortunadamente no tenemos fuentes históricas, crónicas ni códices, pero sí el dato arqueo astronómico, entonces creemos que el dato arqueo astronómico puede brindarle fuerza al dato arqueológico y tal vez llegar a una fecha más cercana de esta caída”, indicó.
El especialista planteó que la caída de Teotihuacán, luego de una revuelta social podría estar asociada al eclipse, aunque aseguró que no lo saben y no están seguros, pero que fue un eclipse de sol parcial muy cercano al horizonte. “Y lo que nos llevó a hacer esta hipótesis es que el sol se oculta eclipsado, entonces el eclipse es un signo de incertidumbre y cuando ves al sol siendo ocultado por la luna y al mismo tiempo desapareciendo detrás del horizonte no sabes si va a volver a salir o qué va a pasar”.
Ismael Arturo Montero García, arqueólogo y director del Centro de Investigación y Divulgación de la Ciencia en la Universidad del Tepeyac señaló que el Arqueo-Astrónomo Jesús Galindo Trejo considera que esculturas emblemáticas halladas en este sitio patrimonial, como el Disco de la Muerte, localizado en 1963 a los pies de la Pirámide del Sol, pueden ser la representación artística de un ocultamiento solar.
Finalmente, consideró que los eclipses son algo predecibles y cuando se puede entender un fenómeno existe la creencia que se tiene un cierto control, “porque sabes cómo va a acontecer entonces se convierte en un elemento de control social y político el conocimiento del mecanismo de los cielos”.