En la elección de 2015 -primera en que participó Morena-, el petismo no alcanzó el porcentaje necesario para mantener su registro, pero una elección extraordinaria en Aguascalientes, le dio una segunda oportunidad. El oficio político de Óscar González Yáñez junto con Luis Videgaray, le permitió conservar su reducto electoral. Dos años más tarde, Óscar tuvo su momento cumbre en la elección mexiquense, cuando declinó a favor de Delfina Gómez, y ganarse el afecto de la cúpula morenista; condición que hasta ahora le ha beneficiado.
Sin embargo, ese cacicazgo político que ha ejercido González Yáñez durante treinta años en el PT mexiquense ha llegado a su límite. Desde la dirigencia nacional, le han pretendido enmendar la plana e incidir en el reparto de candidaturas para las elecciones locales del Estado de México. Eso ha retardado que se conozca a plenitud quiénes serán los candidatos petistas a las presidencias municipales y diputaciones locales. En el órgano electoral han recibido más de un registro en algunos municipios o distritos, una condición que deberá ser subsanada en las próximas horas; pues se deben aprobar dichos expedientes el jueves 25, y arrancar campañas el viernes 26 de abril.
La crisis interna del PT, obligó a Óscar González para apelar a su espíritu priísta, y movilizar a sus estructuras a la sede nacional de su partido, para exigir que le dejen plena libertad de imponer a sus incondicionales a los cargos de elección. Pero resulta que el dirigente nacional petista, Alberto Anaya también tiene comprometidas algunas postulaciones, y eso ha generado la división, el descontento y la imposibilidad de ponerse de acuerdo.