Donald Trump se convirtió este jueves en el primer ex presidente de Estados Unidos condenado por un delito al ser declarado culpable por un jurado de Nueva York de falsificar documentos para encubrir un pago para silenciar a una actriz de cine para adultos antes de las elecciones de 2016.
Tras deliberar durante dos días, el jurado de 12 miembros anunció que había encontrado a Trump culpable de los 34 cargos a los que se enfrentaba. Se requería unanimidad para cualquier veredicto.
“Hemos recibido una nota” del jurado indicando que han llegado a una decisión, aseguró el juez Juan Merchan, que preside este primer juicio penal a un exmandatario de Estados Unidos momentos antes de que se leyera el veredicto.
Se enfrenta a una pena máxima de cuatro años de cárcel, aunque otros condenados por ese delito suelen recibir penas más cortas, multas o libertad condicional. El encarcelamiento no le impediría hacer campaña, ni asumir el cargo si ganara.
Los sondeos de opinión muestran a Trump y a Biden, de 81 años, en una carrera muy reñida, y las encuestas de Reuters/Ipsos han revelado que un veredicto de culpabilidad podría costarle a Trump parte del apoyo de los votantes independientes y republicanos.
“Esto es una desgracia”, declaró Trump a su salida de la audiencia de veredicto. “El verdadero veredicto será dado el 5 de noviembre… Soy un hombre muy inocente”.
El juez de origen colombiano, Juan Merchan, programó la audiencia de sentencia, en la que Donald Trump podría obtener hasta cuatro años en prisión, el próximo 11 de julio.
El fallo pone a Estados Unidos en un territorio político inexplorado, pero no le impide a Trump postularse a la presidencia, incluso en el caso improbable de que se le condene a prisión por cada una de las 34 acusaciones, sin embargo, el estatuto de limitaciones del Estado establece una condena máxima de 20 años.
Se espera que el equipo legal del ex presidente inicie los trámites de apelación inmediatamente ante un tribunal de apelaciones de Nueva York, y, eventualmente, ante la Suprema Corte de Justicia.
La Constitución de Estados Unidos permite a cualquier persona, incluido un criminal convicto, continuar haciendo campaña por la presidencia de ese país.