Si alguna vez se pensó que podría constituirse una especie de segunda versión del TUCOM para intentar el desplazamiento de Alejandro Moreno, como ocurrió con Roberto Madrazo hace unos 20 años, hoy vemos que esas posibilidades se diluyen poco a poco, porque los que podrían evitar una eventual reelección de Alito ya están fuera del PRI.
Avanzadas las asambleas municipales y estatales del priismo, no hay duda que el dirigente nacional se encamina a una posible ratificación si desecha la llegada del coahuilense Rubén Moreira o del campechano Pablo Angulo.
Quienes se opusieron una y otra vez al mando de Alito Moreno, durante los últimos años, ya renunciaron a las filas priistas. Eruviel Ávila Villegas, Miguel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Jorge Carlos Ramírez, Alejandro Murat y Alfredo del Mazo están fuera. Sus intentos de renovar la dirigencia nacional se quebraron a la primera porque el jefe de partido controla el consejo político y la comisión política permanente.
En el imaginario de Alito está controlar ambas cámaras y con lo que vayan a establecer de prerrogativas para el partido construir desde ya su candidatura presidencial. No hay quien se oponga desde el interior del partido.
Bajo ese horizonte, no hay duda que la alianza electoral se romperá por el hilo más delgado. El PAN pondrá su candidato y se correría el mismo riesgo cuando Roberto Madrazo se midió en la elección de 2006 y mandó al PRI a un lejano tercer lugar.