Durante el 2023 en el Estado de México fue la entidad con la mayor cantidad de defunciones fetales, con un total de cuatro mil 302, que representa el 18.27% del total, de acuerdo con las Estadísticas de Defunciones Fetales (EDF) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Pese a ello, al revisar las tasas más altas de incidencia por cada 100 mil mujeres de 15 a 49 años, se puede establecer que el Estado de México no lidera la lista en el primer peldaño. Las entidades federativas que presentaron las tasas más altas fueron San Luis Potosí con 92.8 y Durango con 91.1 por ciento.
En tercera posición se colocó el estado de México con 89.0, mientras que las tasas más bajas se registraron en Oaxaca con 30.4; Zacatecas con 41.6 y Campeche con 44.1 por ciento.
De las 23 mil 541 muertes fetales registradas en todo el territorio mexicano el año pasado, en el 45.9% de los casos se determinó que la causa de muerte fueron factores maternos y por complicaciones del embarazo, del trabajo de parto y del parto y en el 25.7% fueron otros trastornos originados en el período perinatal.
En el 11.2% la muerte se ocasionó por trastornos relacionados con la duración de la gestación y el crecimiento fetal, en el 8.4% fueron los trastornos respiratorios y cardiovasculares específicos del período perinatal, 5.4% por malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas y 3.4% otras causas especificadas en el período perinatal.
En conjunto, la Secretaría de Salud y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atendieron al 73.1% de las madres que presentaron defunciones fetales. Por su parte, las unidades médicas privadas atendieron 13.1 % de estos casos. El resto de casos se distribuyó en atención en el hogar con 3.9%, en otra unidad pública con 3.2%, IMSS Bienestar con 3.1% e ISSSTE con 1.3%.
En hospitales PEMEX y de la SEMAR se atendió el 0.1%, respectivamente, de las madres que presentaron defunciones fetales, en la SEDENA el 0.3%, en la vía pública el 0.6%, el 0.8% en otra institución de salud y en el 0.4% no se especificó.
Sobre las características del embarazo y el parto, el INEGI precisa que para aquellos embarazos que terminaron en muerte fetal, el 81.4% de las mujeres recibió atención médica prenatal, el 15.3% no la recibió y 3.3% no especificó.
De las mujeres que recibieron atención, el 64.6% tuvo entre 1 y 5 consultas; 30.2 %, entre 6 y 10; 3.0%, entre 11 y 15; 0.7%, entre 16 y 20, y 0.1% recibió más de 20. El restante 1.4 % no especificó la cantidad de consultas recibidas.
Del total de defunciones fetales registradas en México durante el 2023, en el 93.7% se trató de un embarazo único, en el 0.4% múltiple y en el 5.9% era un embarazo gemelar.
Sobre el procedimiento de expulsión o extracción, las Estadísticas de Defunciones Fetales del INEGI revelan que en el 65.8% de los casos se trató de un parto vaginal espontáneo, en el 17.8% fue una cesárea, en el 9.9% fue un parto inducido, en el 0.2% fórceps, en el 0.9% otro y en el 5.4% de los casos no se especificó.
De los embarazos que terminaron en muerte fetal, el 70.3 % fue atendido por médicos gineco obstetras y 20.8% por otro tipo de médicos. El personal de enfermería atendió 0.2 por ciento, en el 1.8% de los casos fue otro y en el 6.5% no se precisó.
En la medición del INEGI también se da a conocer que, con base en la edad gestacional (duración del periodo de gestación), las muertes fetales intermedias (de 20 a 27 semanas) representaron el mayor número de casos, con 36.4%; siguieron las tardías (de 28 o más semanas), con 35.4% y las precoces (de 12 a 19 semanas), con 27.8%.
Sobre la edad de las mujeres que concentró el mayor número de embarazos con alguna complicación, que terminó con la muerte del producto, fue el de 20 a 24 años, con 24.1 por ciento, le siguió el de 25 a 29, con 23.4% y el de 30 a 34, con 19.3 por ciento.
En tanto que, sobre la situación conyugal de la madre, el informe precisa que el 53.2% estaba en unión libre, el 24.7% casada, el 16.0% soltera, el 0.4% separada, el 0.3% divorciada, el 0.1% viuda y el 5.3% no especificó.