La violencia obstétrica no solo representa una grave vulneración a los derechos de las mujeres y adolescentes, sino que también genera un impacto económico significativo para los servicios de salud, que podría ascender hasta 300 mil pesos por cada caso.
De acuerdo con José Alberto Ángeles Pozo, responsable estatal del Componente de Violencia de Género y Aborto de la Secretaría de Salud, esta cifra se deriva de la comparación entre dos escenarios de atención obstétrica: uno sin complicaciones y otro con problemas derivados de una atención inadecuada. Mientras que la atención de un parto sin complicaciones tiene un costo aproximado de 12 mil 695 pesos, los casos con complicaciones pueden superar los 300 mil pesos, considerando los altos costos de estancia en cuidados intensivos.
El análisis también revela que las mujeres embarazadas enfrentan múltiples obstáculos durante su atención; en promedio, una mujer visita hasta ocho instancias diferentes antes de resolver su situación de embarazo, lo que aumenta el riesgo de complicaciones si no reciben la información adecuada sobre su estado. A pesar de los avances en la reducción de la violencia obstétrica, esta sigue siendo una de las principales prioridades del sistema de salud en el Estado de México.
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIRE) de 2016 indicaba que el Estado de México tenía la mayor prevalencia de maltrato en la atención obstétrica, afectando al 39.5% de las mujeres de 15 a 49 años. Aunque en 2021 este porcentaje se redujo a 32.5%, aún se reporta que tres de cada diez mujeres han experimentado maltrato en la atención obstétrica.