Cargando la pena en el corazón y las flores en las manos, las personas llegaron a los panteones a visitar a sus difuntos, y aunque en México los muertos se celebran y honran el 1 y 2 de noviembre, ayer 28 de octubre recuerdaron a los que fallecieron a causa de un accidente, de manera trágica o por violencia.
Para quienes han perdido a sus seres queridos, la tristeza no se olvida, se aprende a vivir con ella y en estos días su espíritu les acompaña, los recuerdan en sus memorias, se presentan en sus sueños y en ocasiones a través de un colibrí.
Visitar los panteones es un símbolo de amor, dicen los familiares, quienes en su mayoría llegan con el cempasúchil que después será deshojado y cubrirá de naranja las tumbas, el cual guiará su regreso.
«Venimos para que se vea bonito, para dejarlo arregladito y estar un ratito aquí», compartió una mujer quien visitó al que fue su esposo, quien falleció en un accidente vial hace más de una década.
Perder un familiar de repente, cuando todavía quedaron historias pendientes por escribir, es un dolor más grande, complicado de vivir y difícil de superar, pero son estas acciones las que hacen que vivos y muertos disfruten de la paz.
«Como dicen, solo Dios sabe por qué pasan las cosas, cuesta aceptar su voluntad, pero como me dijeron mis hijos, si uno no lo deja ir, no descansa», comentó la viuda.
Hoy para más de una persona la fecha les recordó lo efímero que puede llegar a ser la vida y la importancia de disfrutar los momentos. Y aunque no existe una fecha marcada, este día varias familias mexicanas comienzan a poner sus ofrendas.
Es por eso que desde las casas hoy también se les honra y se les recuerda, se les prende una vela que iluminará el camino hasta el que fue su hogar, donde podrán disfrutar de los alimentos puestos en el altar.