Pequeñas alas revolotean en lo alto por la carretera hacia Temascaltepec, es un espectáculo que nos regala la naturaleza; una postal única en que la mariposa monarca se apropian del ambiente y vuelan alrededor de los altos árboles que adornan el camino.
Estos pequeños insectos han volado más de 4 mil kilómetros desde Canadá para alojarse en los bosques del Estado de México y Michoacán, a fin evitar las bajas temperaturas que pueden terminar por congelarlas.
En territorio mexiquense existen tres espacios donde la mariposa se aloja, lugares que funcionan como un refugio, el cual les permite descansar y disfrutar una estancia con tranquilidad.
Sin embargo su paz está siendo afectada por la velocidad con la que conducen los automovilistas, la cual está ocasionando que algunas de ellas terminen falleciendo. Te contamos cuál es el riesgo por el que están pasando.
En un recorrido por el camino que conduce al santuario Piedra Herrada, el cual durante cinco meses se convierte en el hogar de la mariposa monarca, los automovilistas encuentran a miles de ellas.
Las almas de los muertos, como eran considerando por los purépechas parecen acompañar por un momento el trayecto de los conductores, se les revoloteando por el parabrisas, sobre el toldo y detrás del vehículo.
Sin embargo existen varios conductores que ignoran su presencia y como sino se tratará de un ser vivo, manejan a una velocidad alta ocasionando que decenas de ellas impacten contra el aluminio que recubre el auto y terminen olvidadas sobre el suelo.
Y es que en la zona tampoco existen señalamientos donde se informe de la presencia de las mariposas y se les solicite disminuir la velocidad.
‘Antes había carteles que decían que aquí había presencia de mariposa monarca, en los que se les pedía a los automovilistas que bajarán la velocidad y ahorita no hay nada’, compartió un vecino de la zona.
En este recorrido que llevó a cabo esta casa editorial confirmó que son pocos las personas conscientes que ponen sus intermitentes y optan por disminuir su aceleración. Sin embargo esto no se replica en unidades de carga, los cuales en su mayoría van manejado a un kilometraje alto.
‘Los tráileres son los que deberían de pensarlo más, porque ellos si ellos impactan contra un grupo de mariposas que estén volando, se llevan a todas y no dejan ni una viva’, dijo un automovilista.
Y así sin vida son como se observan algunas mariposas, las que quedan tiradas en la orilla de la carretera o en medio, y que el aire que levantan las llantas de los autos, debido a la rapidez con las que van, las lleva como hojas secas y algunas tienen la fortuna de reencontrarse del bosque donde salieron.
Ver una mariposa monarca de cerca es una experiencia única, sin embargo la experiencia se entristece cuando sus alas se han apagado, las que parecen estar pintadas a mano, con sus detalles en color naranja, que las hace excepcionales.
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Vecinos aledaños al santuario, solicitan a las autoridades su intervención para evitar que más mariposas monarca sigan muriendo a consecuencia del desconocimiento y la falta de educación vial.
Las mariposas monarcas llegan a México entre octubre y noviembre y se quedan hasta marzo, por lo que el país y sus entidades, también tienen la labor de contribuir a su conservación, opinan los pobladores.