El Estado de México se colocó en el primer sitio nacional en lo que corresponde a violencia intrafamiliar con 11 mil 419 casos durante el 2024.
Según el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud del Gobierno Federal, le siguen en número de casos los estados de: Hidalgo con 5 mil 293; Guanajuato con 5 mil 069; Veracruz con 3 mil 926 y Querétaro con 3 mil 578.
En contraste, las entidades del país con un menor número de incidentes de violencia intrafamiliar fueron: Baja California con 121; Aguascalientes con 107; Campeche con 170; Tlaxcala con 208 y Yucatán con 302.
De acuerdo con la especialista Patricia Ganem, factores como la alimentación, la situación socioeconómica, la seguridad, los servicios de salud y la educación son fundamentales para el sano crecimiento y desarrollo de las infancias.
Con estos datos, se registró un global nacional de 53 mil 480 incidentes de violencia intrafamiliar en nuestro país durante el año que concluyó.
De acuerdo con este nivel de gobierno, este tipo de violencia se define como el uso intencionado y repetido de la fuerza física o psicológica para controlar, manipular o atentar en contra de algún integrante de la familia.
Asimismo, esta problemática puede manifestarse como abuso psicológico, sexual o económico y se presenta entre personas relacionadas afectivamente dentro del hogar.
‘Resulta importante fortalecer la cultura de igualdad en la familia, motivo por el cual debemos informarnos desde diferentes ámbitos como la educación, la salud, la prevención de la violencia y sin distinción de circunstancias para que tanto mujeres, hombres, niñas y niños, puedan tener una vida libre de violencia’, sostiene este nivel de gobierno.
También aseguró que la violencia familiar se registra en todos los estratos sociales, aunque empeora en los más bajos y las principales víctimas son los niños y las niñas en su etapa de mayor indefensión, al igual que las mujeres de cualquier edad y los adultos mayores.
‘Es un hecho que las cifras son indicadores de un problema de mayor gravedad, ya que es sabido que solo una parte menor de las víctimas y sus familiares presentan denuncias. Existe una gran parte de la población que cohabita con las expresiones de violencia, a veces durante largo tiempo, provocando un profundo deterioro físico y emocional’, agregó.
Finalmente, la violencia se encuentra asociada con carencias económicas en el seno familiar; al desconocimiento de las leyes; a la falta de programas educativos y de capacitación, escolares y extraescolares; y también a la pérdida de valores.