La empresa tamaulipeca Tersa del Golfo nuevamente fue señalada por contaminar en el Estado de México con la operación de un relleno sanitario que presuntamente incumple lo estipulado en el contrato, generando un daño al ambiente y un peligro para la salud pública.
Ahora fue ante la Cámara Baja que la diputada Xóchitl Nashielly Zagal Ramírez, de Morena, promovió un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Salud a que intervenga, pues la población aledaña ya presenta enfermedades de la piel, salmonelosis y conjuntivitis, entre otros males.
En la actualidad, este relleno sanitario recibe diariamente 10 mil toneladas de basura de la capital del país y de municipios mexiquenses como Nicolás Romero, Atizapán de Zaragoza, Tepotzotlán y Naucalpan, indicó.
El relleno sanitario Bicentenario se ubica a 70 metros del polígono del parque estatal “Santuario del agua y forestal Presa Guadalupe”, expuso, al demandar que la compañía Tersa del Golfo deje de contaminar con su operación.
Zagal Ramírez detalló que el relleno tiene una extensión de 47 hectáreas en tierras del Ejido Santa María Tianguistengo, municipio de Cuautitlán Izcalli, Estado de México y fue instalado en el año 2010.
Colinda con la colonia Los Ailes, que tiene una población de alrededor de 2 mil 400 personas, “pero afecta a más de 10 mil habitantes de varias colonias”, planteó la diputada federal en su exposición de motivos.
Como antecedente, citó que el 29 de junio de 2010 fue publicado en la Gaceta Municipal de Cuautitlán Izcalli, el “contrato de asociación” con Tersa del Golfo, empresa constituida en septiembre de 2002 en Ciudad Victoria, Tamaulipas.
Dijo que de acuerdo con la Plataforma Nacional de Transparencia, la compañía opera en Tamaulipas, CdMx, Puebla y el Estado de México.
“La concesión fue otorgada por el cabildo de Cuautitlán Izcalli, en el periodo de 2009 a 2012, en donde indicó que sería una empresa que utilizaría el biogás (producto de la descomposición de la materia orgánica) para la generación de energía, además del aprovechamiento de residuos orgánicos en plantas tratadoras”.
Por lo anterior, añadió, se le otorgó la concesión por 30 años, sin embargo, Tersa del Golfo no ha cumplido lo establecido en las bases del acuerdo para el cual recibió una autorización en impacto ambiental que debió respetar.
“La población circundante al relleno sanitario está expuesta a la contaminación del aire, polvo, malos olores, fauna nociva, bolsas de plástico que circulan por doquier, humo de la maquinaria que remueve la basura y del transporte pesado que ingresa al lugar”.
Mencionó que se incumplen también las medidas de mitigación, porque se observa líquido residual (lixiviados) en las calles, fuera del perímetro del sitio, que están contaminando el suelo, los canales y el manto freático de la zona.
“Tersa está incumpliendo el artículo 457 de la Ley General de Salud, por lo que se solicita que la Secretaría de Salud intervenga y tome las acciones respectivas, dando vista a las autoridades competentes de los probables delitos o infracciones que se están cometiendo”, apuntó la diputada federal, cuya propuesta fue turnada a comisiones para su análisis.
De acuerdo con la organización internacional Atlas Global de Justicia Medioambiental, que “mapea” lugares de alta contaminación en el mundo, Se trata de un tiradero regional concesionado a la empresa Tersa del Golfo, S. de R.L. de C.V. y/o Tecnologías Medioambientales de Golfo S. A. de C.V.
“Se supondría que es un centro de disposición final de residuos sólidos, pero la basura se encuentra al aire libre, extemporáneamente se autorizó la disposición final de residuos provenientes del Distrito Federal (sic). Por las grandes cantidades que se depositan diariamente no se les da un tratamiento adecuado a los residuos sólidos”.
“Las celdas no están bien preparadas, a la vista no se aprecian trampas para recolectar lixiviados ni gases. Las celdas solo son hoyos en el suelo cubiertos de lo que pudieran ser geomembranas aunque están muy delgadas para serlo. Existían tanques recolectores de lixiviados pero en su lugar recientemente se construyeron dos celdas nuevas. Los lixiviados son vertidos al arroyo San Pablo y posteriormente llegan al río Cuautitlán”.