Una pareja de aves migratorias de la especie Colorín Sietecolores (Passerina ciris) –que se encuentra en riesgo de extinción–, llegó a la Barranca del Ehécatl en Ecatepec, donde pasó algunos días de descanso como parte de su travesía, por lo que logró ser registrada por observadores del Programa de Aves Urbanas de Ecatepec.
Durante la época de reproducción, dicha especie se distribuye en una amplia porción del oeste de Estados Unidos en Kansas, Oklahoma, Texas, Arkansas, Louisiana y el sur de Tamaulipas en México; durante el invierno migra hacia Arizona, Sonora y Sinaloa para luego continuar su migración hacia el sur llegando hasta Panamá, según información de la plataforma iNaturalistaMx.
“Este avistamiento es importante porque destaca el papel de la Barranca del Ehécatl, como un sitio de descanso, de protección y de recursos para las especies de aves residentes y migratorias que existen en México. Si estamos encontrando presencia de este tipo de especies en la Barranca del Ehécatl, nos habla de su papel como un lugar santuario de estas aves”, dijo Diego Barrales Alcalá, coordinador del Programa de Aves Urbanas de Ecatepec, en entrevista con MILENIO.
El Colorín Sietecolores se encuentra enlistada en la NOM-059-Semarnat-2010 bajo protección especial, como casi amenazada en la Lista Roja de IUCN. Debe su nombre a los distintivos colores de su plumaje. El macho tiene una combinación de colores única imposible confundir: la cabeza es azul, el anillo ocular rojo, la espalda amarilla verdosa, las partes inferiores, rabadilla y parte de su cola son rojas; sus alas tienen bordes rojos y verdes.
En la Barranca del Ehécatl, el monitoreo de aves se inició tras la instalación de un bebedero en septiembre de 2024, y posteriormente se incorporó una cámara trampa en un pequeño cuerpo de agua. Tan solo en ese sitio, hasta la fecha se han registrado 50 especies, de las cuales 45 corresponden a aves y 3 a mamíferos silvestres y 2 a mascotas.
“De las 45 especies de aves, varias de ellas residentes, encontramos a una pareja de Colorín Sietecolores, un ave migratoria que pasa su invierno en partes de México hasta Panamá”, destacó Diego Barrales.
Explicó que el monitoreo se lleva a cabo por el Programa de Aves Urbanas de Ecatepec, con el fin de conocer y registrar las especies que viven dentro del municipio y que se pueden encontrar dentro de la Barranca del Ehécatl. Dicha información se comparte en plataformas de ciencia ciudadana como eBird, aVerAves e iNaturalistMX.
Diego Barrañes resaltó que en nuestro país, el Colorín Sietecolores se encuentra enlistada dentro de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 sujeta a protección especial, lo que implica que requiere protección para su conservación.
“Esto se debe principalmente a la cacería con fines de comercialización que la especie ha sufrido, debido a lo llamativo de su plumaje”.
El biólogo explicó que aunque esta especie ha sido registrada en otras partes de Ecatepec, este avistamiento sería el primero para la Barranca del Ehecatl, lo que elevaría el conteo de especies para el lugar a cerca de 145.
La Barranca del Ehécatl tiene una extensión de cerca de 7 hectáreas. Actualmente continúa en proceso de decreto como Área Natural Protegida, pero al no existir la declaratoria oficial, sigue enfrentándose a problemáticas serías, como el manejo inadecuado de residuos sólidos y de aguas residuales a cielo abierto, la contaminación auditiva, el poco control de fauna relacionada los hogares como perros, gatos y hasta conejos, la inseguridad y la invasión del espacio, destacó el también maestro en Ciencias.
“Este avistamiento nos lleva a reforzar aún más las actividades de saneamiento de la barranca, de protección de la barranca y también el estar planteando más sitios que puedan darle estos recursos a las aves, recursos ya sea en forma de alimento o recursos también de agua”, indicó.
Asimismo, explicó que los bebederos que están siendo monitoreados forman parte de las actividades de protección del grupo Guardianes del Ehecatl. Uno de ellos, ideado como un mini humedal, está situado dentro de un jardín de polinizadores, que busca dotar de recursos florales y de protección a diversas especies de aves e insectos.
“Desafortunadamente se han registrado también gatos asechando a las aves que llegan al bebedero, así como a perros que entran al lugar”.