Más de 11 mil millones de pesos adeudan los municipios del Estado de México a la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM), una cifra que refleja un grave problema de recaudación y gestión en el sistema hídrico estatal.
De acuerdo con el informe financiero de la CAEM, correspondiente al ejercicio fiscal 2024, el saldo por cuentas por cobrar a corto plazo ascendió a 11 mil 490 millones de pesos, de los cuales la mayoría corresponde a pagos vencidos por más de un año, lo que evidencia una situación crónica que se ha agravado con el paso del tiempo.
Entre los municipios con mayores adeudos destacan Ecatepec, Atizapán de Zaragoza y Huixquilucan, que en conjunto suman más de 6 mil millones de pesos si se consideran tanto los montos originales como sus respectivas actualizaciones y recargos.
El municipio de Ecatepec adeuda 1 mil 55 millones en monto original, a los que se agregan 1 mil 97 millones por actualizaciones y recargos, para un total de 2 mil 152 millones de pesos, lo que representa casi el 18 por ciento de la deuda total.
Atizapán de Zaragoza mantiene una deuda total de 2 mil 87 millones, ligeramente por debajo de Ecatepec, mientras que Huixquilucan debe 1 mil 651 millones, también considerando actualizaciones y recargos.
Estos tres municipios, por sí solos, representan más de la mitad del total de la deuda acumulada por los gobiernos municipales del Estado de México ante la CAEM. Además, otros municipios como Tultitlán, Cuautitlán Izcalli, Tejupilco y Naucalpan también presentan adeudos millonarios, lo que refuerza la magnitud del problema.
En el caso de Tultitlán, el monto pendiente asciende a 951 millones de pesos, resultado de una deuda base de 541 millones y más de 409 millones en actualizaciones y recargos. De forma similar, Cuautitlán Izcalli debe 782 millones, de los cuales casi la mitad corresponde a intereses generados por falta de pago oportuno.
Tejupilco y Naucalpan también figuran entre los principales morosos. El primero mantiene una deuda total de 665 millones de pesos, mientras que el segundo debe 539 millones. En ambos casos, los recargos por pagos atrasados representan un porcentaje considerable del adeudo total, lo que indica que no sólo dejaron de pagar durante años, sino que además no han regularizado sus compromisos financieros con la CAEM.
Otro dato preocupante del informe financiero de la CAEM es la disminución en los ingresos por subsidios y transferencias, que pasaron de 1 mil 353 millones de pesos en 2023 a apenas 585 millones en 2024. Es decir, una reducción de más del 56 por ciento en un solo año.
La baja puede explicarse por diversas causas: recortes presupuestales a nivel federal, una ejecución deficiente por parte de la CAEM o la falta de nuevos convenios con municipios y la Federación y en este sentido Programas como PROAGUA, que en 2023 aportó más de 268 millones, sólo se generaron 122 millones en 2024, mientras que otros subsidios como el Programa de Acciones para el Desarrollo también vieron caídas notables.
Esta disminución representa una pérdida de recursos cruciales para la operación, mantenimiento y ampliación de infraestructura hidráulica, en un momento en que la CAEM enfrenta un escenario de morosidad extendida y litigios laborales, donde se reportan 45 juicios pendientes por casi 20 millones de pesos, que tendrá que resolver tanto José Arnulfo Silva Adaya, titular de la Secretaria del Agua y Beatriz García Villegas, Vocal Ejecutiva de la CAEM
Asimismo, a pesar de que la CAEM cerró el año fiscal 2024 con un superávit contable de 1 mil 863 millones de pesos, superior al del año anterior y en lugar de ser señal de buena administración, podría significar que no se ejerció el presupuesto planeado, es decir, que se dejó de gastar dinero que ya se tenía asignado para obras o proyectos, si consideramos que la inversión en infraestructura pública se redujo en más del 80 por ciento en comparación con 2023.
Mientras en 2023 la inversión pública alcanzó los 788 millones de pesos, en 2024 apenas se ejercieron 129 millones. Esta baja podría deberse a problemas en la ejecución de obras, limitaciones administrativas o la falta de proyectos nuevos, lo que resulta preocupante ante los desafíos hídricos que enfrenta el Estado de México, como el mantenimiento del sistema Cutzamala y la expansión de redes de agua potable.
La baja inversión en infraestructura hídrica, en un estado con alta densidad poblacional y creciente demanda, puede traducirse en crisis de suministro en los próximos años, por lo que la situación financiera de la CAEM en 2024 es ambigua, ya que si bien los números muestran solvencia financiera y liquidez, los datos revelan problemas estructurales como la caída en subsidios, la morosidad municipal y la falta de inversión en obras.