A pesar de la gran diversidad de plantas con la que cuenta el Estado de México, debido a factores como las variaciones en el clima, el cambio en los patrones de consumo, así como la falta de información, peligran especies medicinales nativas, que se caracterizan porque crecen a más de 2 mil 600 metros sobre el nivel del mar.
De acuerdo con datos del Instituto de Investigación y Capacitación Agropecuaria, Acuícola y Forestal del Estado de México (Icamex), de la Secretaría del Campo, México es uno de los cuatro países con mayor diversidad vegetal a nivel mundial, con más de 30 mil especies distribuidas en todo el territorio, por lo que actualmente ocupa el segundo lugar después de China, con más especies de uso medicinal.
“Uno de los tesoros alimenticios, terapéuticos, culturales y de biodiversidad genética de México está constituido por la herbolaria, la cual es ampliamente conocida desde hace más de 10 mil años por las diferentes etnias que habitaban el actual territorio de los Estados Unidos Mexicanos y por algunas otras que aún sobreviven, aprovechando este recurso vegetal como alimento, medicina y vestido”, puntualiza el Icamex.
Con la llegada de los europeos, el uso de estas variedades también vivió un ‘mestizaje’, pues además de las plantas medicinales nativas y propias de las regiones, se comenzó con el uso de plantas extranjeras o traídas por estos grupos, como la manzanilla, romero, entre otras.
Así este conocimiento se concentró sobre todo en las comunidades originarias, que aún preservan este legado, mostrando la importancia de revalorizar la herbolaria, en particular las especies nativas.
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) menciona el registro del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de 3 mil especies de plantas con atributos medicinales, de las 4 mil que se calcula que existen en México, y que representan 15 por ciento del total de la flora mexicana. También precisa que solo se ha hecho análisis farmacológico de 5 por ciento del total de esas plantas.
De ese universo, 250 se comercializan de manera cotidiana, 85 por ciento son extraídas del medio silvestre sin planes de manejo sustentable, y el 80 por ciento de la población mexicana ha hecho uso de ella.
De acuerdo con el Icamex, actualmente suman 63 especies medicinales, que son las más utilizadas en los valles altos del centro del país, por ello, con el objetivo de reconocer su importancia y sobre todo para evitar que se pierdan, se trabaja en su recuperación.
Estas hierbas medicinales nativas están en riesgo ante múltiples factores, principalmente que han caído en desuso, las variaciones en el clima, entre otros.
Entre las principales características de las especies nativas es que crecen a mas de 2 mil 600 metros sobre el nivel del mar, entre estas variedades destaca el Tepozán, que incluso se muestra en el Códice De la Cruz-Badiano.
También se encuentra la Salvia Púrpura, que suele utilizarse para problemas digestivos y respiratorios; el Estafiate, que suele utilizarse como un desinflamatorio.
Actualmente se tiene distintos proyectos para su preservación y cuidado, entre ellos dos invernaderos, en donde suman hasta 80 variedades de plantas medicinales nativas, e incluso se llegaron a tener más de 200.
Éstas son plantas mexicanas, por ello hay que colectarlas, luego se clasifican, se estudian y se multiplican, a fin de cuidarlas y evitar que desaparezcan, dando prioridad a 25 especies, ya que actualmente el uso de plantas extranjeras como la manzanilla, romero, ajenjo, concentran un importante mercado, dejando de lado a la herbolaria mexicana.
Entre los municipios mexiquenses que presentan una mayor diversidad destacan: Amanalco, Valle de Bravo, Villa Victoria, Villa de Allende, Donato Guerra, Zinacantepec, Temascaltepec, San Simón de Guerrero, Amatepec, Tlatlaya, Jocotitlán, Atlacomulco, Villa del Carbón, Temascalcingo, Metepec, Tenango, Temoaya, Almoloya de Juárez, Tenancingo, Villa Guerrero, Coatepec Harinas, Texcoco, Tequisquiac, Tepotzotlán, Ocuilan, entre otros.
Si bien la herbolaria mexicana es una alternativa para el cuidado de la salud, en ningún momento sustituyen el uso de medicamentos o tratamientos médicos, por lo que el sector salud recomienda no abandonarlos e informarse adecuadamente sobre el uso de estas hierbas.
De acuerdo con el artículo “Precauciones en el empleo de plantas medicinales”, en el que colaboran distintos autores entre ellos Mariela A. Marinoff, se indica que existen algunas plantas que “presentan un riesgo potencial y real de intoxicación y muerte por el uso indiscriminado y no controlado de su ingesta”
Se explica que si bien su origen es natural, esto no debe entender que en todos los casos son plantas inocuas o que no pueden causar reacciones adversas, por ello se recomienda utilizarlos con cautela, pues “contienen principios activos y actividad farmacológica, pueden ser útiles para tratar determinadas patologías pero también producir efectos adversos. Se debe prestar mayor atención al consumo”.
Se debe poner especial atención en el caso de menores de edad, pacientes con alguna enfermedad crónica, así como las personas adultas mayores, pues son grupos que pueden presentar síntomas más graves, por ello se reitera que el uso de la medicina tradicional, también requiere de una asesoría y acompañamiento de expertos o expertas.