En municipios como Zumpango se presenta el huachicoleo del agua, esto quiere decir que cortan los suministros de afluentes principales y a la gente le llenan botes o tambos con camiones cisterna de particulares, así lo manifestó la candidata de la Coalición Fuerza y Corazón por el Estado de México, Claudia Rodríguez Barrera, quien compite por la diputación local del Distrito Electoral 20, con cabecera en este municipio.
Señaló que para garantizar el derecho a este líquido vital se debe frenar el huachicol hídrico, que tiene que ver con el robo y venta ilegal de agua que desafortunadamente se observa en los cuatro municipios que integran el distrito 20, pero muy notablemente en el de Zumpango, donde la escasez ha sobrepasado los fraccionamiento y comunidades como Santa Lucía entre otros sitios.
Se estima que quienes distribuyen el agua con finalidad de venta, pertenecen a sindicatos de transporte de carga que involucran unidades o particulares; sin embrago, se ha convertido en un negocio rentable también para organismos administradores, públicos e independientes.
Este estado de desabasto se ha extendido a casi normalizar una negativa por parte de las autoridades bajo el argumento de que se agotó el agua de los pozos, de tal forma que hay comunidades y desarrollos habitacionales que llevan meses comprando porciones de agua.
La aspirante a ocupar un curul en el gobierno mexiquense, cuestionó la procedencia del líquido de las pipas, espera proponer una iniciativa para vigilar esta distribución y comprometer a las autoridades municipales a frenar esta distribución ilegal.
Consideró que agua si hay en la región, solo hace falta distribuirla de manera eficiente, regulada, además de fomentar una cultura de preservación, porque también los ciudadanos debemos contribuir a su cuidado.
“El agua es de todos y es gratis, pero la infraestructura para llevarla a los hogares cuesta mucho dinero”, comentó.
Como parte de los compromisos que propone en su campaña proselitista, indicó que la mala distribución del líquido también afecta a los campos de cultivo, porque los precios son elevados, los insumos, las semillas, los fertilizantes siguen subiendo.
“Necesitamos apoyar a esta noble labor que ayuda también a la recarga de los mantos y a mantener el equilibrio ecológico”.
Consideró que, si al campo no se le apoya, no habrá en un futuro forma de alimentarnos en un espacio que nos puede dar todo para vivir.