sábado, septiembre 21, 2024
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Edomex, segunda entidad con mayor desabasto de medicamentos para el VIH

En un contexto en el que el Edomex es la segunda entidad con mayor desabasto de medicamentos contra el VIH, de acuerdo con la plataforma #CeroDesabasto, también ocurren pérdidas de material médico, destacando 888 cajas y envases de medicamentos para tratar el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

Asimismo, de 2018 a la fecha han caducado 85 mil 351 medicamentos, material médico y de laboratorio en el Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), una dependencia que enfrenta una crisis de desabasto de medicamentos.

De igual forma, se desperdiciaron 16 mil 290 envases de gel sanitizante y pruebas para detectar la COVID-19, pues nunca salieron del almacén del ISEM, ubicado en Toluca, pese a la pandemia del año 2020.

Del 1 de enero de 2018 al 24 de mayo de 2024 en el ISEM han caducado 85 mil 351 medicinas, sondas, pruebas para COVID e implantes anticonceptivos, entre otros. Todos estos insumos médicos se desperdiciaron en el almacén del instituto, ubicado en Toluca.

Entre las pérdidas destacan 888 cajas y envases de medicamentos retrovirales —es decir, para tratar el VIH— y 16 mil 290 envases de gel sanitizante y pruebas para detectar la COVID-19.

Durante el gobierno de Alfredo del Mazo (2017-2023), 38 mil medicamentos e insumos médicos caducaron. Esta cifra fue rebasada en tan solo ocho meses de la administración de Delfina Gómez, periodo en el que se desperdiciaron 47 mil.

Así lo muestra el propio instituto en respuesta a la solicitud de transparencia con folio 00374/ISEM/IP/2024.

Asimismo, han caducado 47 mil 795 sondas urinarias (usadas cuando una persona hospitalizada no puede orinar), jeringas para biopsias y soluciones salinas, usadas en una amplia gama de circunstancias en las unidades médicas.

Otra pérdida del ISEM fueron los 19 mil 231 implantes y dispositivos anticonceptivos que nunca salieron del almacén y caducaron. De estos, 14 mil eran dispositivos intrauterinos (DIU) de cobre.

Por último, caducaron mil 147 insumos médicos para el tratamiento y detección de enfermedades.

La mayoría son fosfolípidos de pulmón porcino, usados para tratar el distrés respiratorio. Este es un síndrome que provoca que las y los bebés tengan dificultad para respirar al nacer, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria de la Investigación Farmaceútica.

También se incluyen 69 cajas de reactivos y medios de cultivo para detectar la tuberculosis.

Entre las pérdidas destacan 797 cajas y envases de etravirina, lamivudina, tenofovir, zidovudina y ritonavir, medicamentos usados para tratar infecciones por VIH.

Además, se desperdiciaron 91 envases de valganciclovir. Este medicamento sirve para prevenir en pacientes con SIDA la enfermedad por citomegalovirus (CMV). El CMV es una infección en los ojos que puede provocar ceguera, de acuerdo con Medline Plus.

Lo anterior contrasta con el desabasto de medicamentos contra el VIH en la entidad. De acuerdo con la plataforma #CeroDesabasto, dedicada a monitorear la falta de insumos médicos en el país, el Estado de México es la segunda entidad con mayor desabasto de retrovirales de todo el país, sólo por debajo de la Ciudad de México.

Entre 2019 y 2023 en la entidad se han realizado 82 reportes formales de desabasto de medicamentos contra el VIH en dependencias de salud estatales y federales.

“Veracruz y el Estado de México son las entidades con más casos que nos llegan por falta de medicamento”, comentó Alaín Pinzón a la organización PODER al respecto de este desabasto.

Pinzón es un activista dedicado a ayudar a personas con VIH a encontrar los medicamentos que necesitan. Su organización, VIH Libre, lleva cinco años apoyando a este grupo vulnerable, ante el abandono de las autoridades médicas.

Otro material desperdiciado son 12 mil 865 envases de gel sanitizante, comprados por la pandemia de 2020 provocada por el virus SARS-CoV 2. La base de datos entregada por el ISEM no aclara el volumen de los envases caducados, ni la fecha en la que fueron adquiridos.

Además, tres mil 425 pruebas para detectar la COVID-19 terminaron en la basura, pues nunca salieron del almacén y caducaron en junio de 2022.

Tampoco el instituto de salud mexiquense aclara en sus datos qué tipo de prueba se desperdició ni a cuánto asciende el costo de todas estas pérdidas.

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