Son mexiquenses 50 de los 395 alumnos de preescolar a secundaria que atiende el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) en 49 circos del país, en su mayoría niños de la zona sur del Estado de México, donde se concentra un importante porcentaje de la matrícula estatal, por lo que dicha instancia federal cuenta con cuatro sedes permanentes ubicadas en Tejupilco, Amatepec, Luvianos y la más reciente en Texcaltitlán.
El objetivo del programa es que los niños no se queden analfabetas mientras deben acompañar a sus padres en la ruta de los circos o sean abandonados con algún familiar durante el tiempo del ciclo escolar, informó Berenice Olmos, Coordinadora Territorial del CONAFE.
La delegada detalló que en todo el país se desarrolla este programa, en el caso de la entidad llega a los 125 municipios y la zona sur es la región con las mayores complejidades para el acceso de los docentes, por la falta de transporte público y lo agreste de los poblados, por lo que buscan contratar docentes oriundos de las mismas comunidades para que no tengan que trasladarse desde otros puntos del país y éstos puedan dormir y comer en su casa.
“Llegar a donde nadie más tiene acceso, ni siquiera los maestros rurales del gobierno, ya sean estatales o federalizados, ahí es donde llega un maestro de CONAFE. Atendemos a la población circense, migrante, de manera específica a mí me toca atender los circos en todo el país”.
Subrayó que el impacto del programa educativo en los circos es tan importante, que niños de la propia comunidad, aunque no sean hijos o trabajadores de los circos, pueden acudir y en el caso de los municipios de la zona calificada como tierra caliente, colindante con Michoacán y Guerrero, por ejemplo, Luvianos o Tejupilco, llegan niños de otras comunidades que hacen hasta cinco horas en automóvil, y que llegan al lugar para tomar las clases.
“Los maestros a veces van sembrado más maestros en el camino, los papás buscan la manera de acercar a los hijos a estas actividades y son acuerdos que van generando los muchachos cuando inicia un nuevo ciclo escolar, asumen una dinámica que suena complicada, pero con la intención de que los niños sigan sus estudios”, dijo.
La coordinadora reconoció que llegar a las comunidades mencionadas es complicado y ha sido un reto difícil de la propia institución que por más de 54 años ha trabajado de esta manera, además de ser la región sureña es considerada de riesgo.
Abundó que los circos deben hacerse cargo de la alimentación y el alojamiento de los docentes durante su estancia en el lugar y la premisa es evitar que las familias deban separarse por motivo de su actividad, pues identificaron que muchos de los niños no estudian a cambio de acompañar a sus padres a rodar en el circo o se quedan con algún familiar en sus lugares de origen para continuar con su educación, dejando en el abandono o vulnerables a esos menores.
Dijo que son maestros voluntarios quienes hacen servicio social y a cambio reciben una contribución por 4 mil 200 pesos mensuales, lo que ha complicado la permanencia de los docentes, pues al iniciar el programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro que tiene un pago por 7 mil 500 pesos, hubo una importante deserción en el programa de voluntarios de CONAFE, pues el pago es superior en el otro esquema federal y las condiciones no son adversas.
Como parte del programa, dijo que este año lograron llevar a nueve circos del país el programa de la Escuela es Nuestra, con el objetivo de que compren un camper y mobiliario, donde los docentes y los niños puedan realizar sus actividades educativas y no generar más incomodidades en espacios comunes donde los artistas circenses deben trabajar, ensayar.