viernes, enero 31, 2025
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El origen prehispánico del tamal y su proceso de nixtamalización que sigue vigente 1/2

El tamal, un elemento gastronómico que ha acompañado a la dieta de los mexicanos por siglos, tiene una larga e intrigante historia que no precisamente se remonta a la época colonial. Si bien se relaciona este platillo con la tradicional Candelaria, festividad católica, realmente tiene un origen prehispánico.   

En la actualidad, el tamal es uno de los platillos más emblemáticos de la gastronomía mexicana, la cual, por cierto, es considerada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO). Su origen se remonta a los tiempos prehispánicos, es decir, tiene al menos más de 500 años de antigüedad.

De acuerdo con Erika María Méndez Martínez, catedrática del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó a la revista universitaria Ciencia UNAM, que la tradición de comer tamales en febrero no sólo responde a una festividad católica, sino también a una prehispánica, a la cual se le conocía como las fiestas de la “bendición de las semillas”.

Para diversas culturas prehispánicas el maíz era mucho más que un elemento de su dieta, pues era considerada como una planta sagrada que representaba diversas cosas como el universo, “la materia prima que crea a los primeros humanos”.

Por ello, el tamal, un platillo que tiene su base en el maíz, formaba parte de las festividades que marcaban la apertura del ciclo agrícola. En este periodo del año, campesinos de diversas culturas mesoamericanas ofrecían sus cosechas, acompañadas de oraciones y solicitudes de una piadosa temporada de siembra.

Eso sin mencionar la fiesta de Atamalcualiztli, una festividad que se daba cada 8 años en honor al dios del maíz Cintéotl. De acuerdo con el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, esta fiesta que se traduce del náhuatl atamalcualiztli, al español como “comida de tamales de agua”, consistía en preparar tamales hechos de masa de maíz cocido en agua simple. Señalar que una de sus finalidades era honrar a Tláloc, deidad de la lluvia.

Destacar que esta celebración se daba entre noviembre u octubre, para que pudiera coincidir con ciertos ciclos astronómicos, como la fase de la Luna y el ciclo sinódico de Venus. Además, entre las razones de esta festividad estaba el conmemorar el pasaje mítico del rapto de la Xochiquétzal por Tezcatlipoca, lo que representó su unión sexual que dio origen a Xochipilli-Cintéotl, dios del maíz.

De acuerdo con Ciencia UNAM, en 2017 los investigadores Patricia Colunga y Daniel Zizumbo del Instituto de Investigaciones Antropológicas, anunciaron el descubrimiento de tamales en una zona volcánica de Colima, lo que confirma la importancia ritual que tenía este platillo entre las diversas culturas mesoamericanas.

El que sepa su origen prehispánico se debe en parte a cronistas españoles como Fray Bernardino de Sahagún, quien narra que antes de la llegada de los conquistadores, ya había registros previos del consumo del tamal, incluso en códices.

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