El gobierno de Donald Trump deportó ayer a Sudán del Sur, en un vuelo desde Texas, a 8 hombres que estaban en prisión tras haber sido encontrado culpables de varios delitos violentos; entre ellos a Jesús Muñoz Gutiérrez, ciudadano mexicano. Sin embargo, las autoridades estadunidenses alertaron que no necesariamente será ése el país de destino para dichas personas y que éstas siguen bajo su custodia.
“Llevamos a cabo un vuelo de deportación desde Texas para remover a algunos de los individuos más bárbaros y violentos ilegalmente en Estados Unidos. Ningún país quería aceptarlos porque sus crímenes son únicos, monstruosos y bárbaros”, aseguró Tricia McLaughlin, subsecretaria de Relaciones Públicas del Departamento de Seguridad Interna (DHS), en conferencia de prensa.
Entre las personas enviadas a Sudán del Sur se encuentra Jesús Muñoz Gutiérrez, ciudadano mexicano que fue arrestado por autoridades migratorias el 12 de mayo de 2025 y actualmente enfrentaba una pena de prisión de por vida por asesinato en segundo grado.
Las autoridades estadunidenses aún no detallan si Muñoz Gutiérrez fue encontrado culpable en Estados Unidos o en otro país, cuándo se llevó a cabo el proceso en su contra y cómo fue su arresto en suelo norteamericano; sin embargo, sí se sabe que se encontraba en ese país sin documentos legales de estadía.
Así como él, se aseguró que todas las ocho personas trasladadas a Sudán del Sur representaban una amenaza a la seguridad nacional y seguridad pública y ya habían sido encontradas culpables de algún crimen, como asesinato o violación. Entre las personas deportadas se encuentran dos ciudadanos de Cuba, uno de Laos, dos de Burma, uno de Sudán del Sur y uno de Vietnam.
La deportación ocurrió incluso después de la orden de un juez federal en Boston, Massachusetts, quien había ordenado que las personas no fueran entregadas a autoridades de Sudán del Sur por preocupaciones por violaciones a sus derechos humanos en ese país.
La directiva del juez llegó cuando el vuelo ya se había realizado, por lo que indicaba que las personas no debían ser puestas en manos de ningún otro país, aunque no se ordenaba necesariamente que fueran retornados de inmediato en el mismo avión.
Todd Lyons, director interino del Servicio de Migración y Control de aduanas aseguró que estos procedimientos se llevaron a cabo además, porque “sus países de origen se negaron a recibir a estos individuos de regreso”.
Finalmente, se rechazó explicar cuál es el destino final que se prevé para las personas deportadas, aunque sí se confirmó que siguen en custodia del DHS, a la espera de superar el bloqueo judicial que les impide culminar con la deportación.