Según un estudio, publicado hace algunos años, determinó que los primates, cuervos y delfines pueden reconocerse frente a un espejo, sin embargo, esto no ocurre con los perros y gatos.
A pesar de que las mascotas logren identificar su nombre y a su dueño, no se pueden identificar ellos mismos, ya que no tienen la capacidad suficiente de reconocerse, a diferencia de otras especies que lo han conseguido.
El psicólogo Gordon Gallup, en 1970, diseñó una prueba en la para determinar si un animal es capaz de reconocerse a sí mismo en su reflejo, está consiste en dormir al animal y marcar, una parte del cuerpo que normalmente no puede verse, como la cara.
Después se le coloca un espejo delante, si reacciona examinándola la marca en su propio cuerpo, no en el reflejo, se interpreta como una señal de autorreconocimiento, ya que se ha dado cuenta de que el individuo del reflejo es él mismo y de que hay anormal en su cuerpo.
Un etólogo realizó pruebas con los animales en los que aplicó una mancha o pintura en la cara, después de haberlos adormecido, una vez que despertaron, los colocó frente a un espejo.
Los chimpancés se tocaban la mancha en su cara sabiendo que eran ellos, los cuervos también reconocían su imagen, al igual que los delfines.
Sin embargo, para los perros, la imagen del espejo es simplemente otro perro, porque no hay olor presente, suelen ser agresivos con el reflejo con el fin de ahuyentarlos. Lo mismo pasa con los gatos que pueden ignoran totalmente la imagen frente a ellos, ya que no hay vínculo ni conexión.
Algunos expertos han juzgado la fiabilidad de la prueba, mencionan que el hecho de que un animal no reaccione al ver la mancha no significa que no se reconozca y que la capacidad de reconocerse en un reflejo no es indicativo del grado de inteligencia del animal.