Un grupo de 29 migrantes de origen venezolano y colombiano que se encontraban hacinados en una vivienda en el municipio de Tecámac, fueron auxiliados por elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) y trasladados a las instalaciones de la Fiscalía general de la República (FGR) en Ecatepec.
Varios de los migrantes, principalmente de Venezuela, aseguraron que llevaban más de 30 días caminando en dirección a la frontera norte del país; piden al gobierno mexicano les otorgue el permiso de estancia en el país y no deportarlos.
Aseguraron que salieron de su país ya que está en guerra y que al ser repatriados, a su llegada a Venezuela, serán asesinados junto con sus familias que dijeron mantienen ocultas.
De acuerdo con las autoridades, una llamada anónima alertó a las autoridades en sentido que varias personas se encontraban dentro de una vivienda ubicada en la calle Jardines de Rosenda de la sección Jardines de la unidad habitacional de los Héroes Tecámac. Al sitio arribaron varias patrullas de la policía estatal y en el lugar encontraron a 25 adultos y 4 menores.
Los migrantes aseguraron a los uniformados que no eran víctimas de traficantes de personas y que su estancia en la vivienda era porque los propietarios les habían permitido descansar, sin cobrarles un solo peso, para posteriormente continuar con su camino.
Al sitio arribaron unidades de Protección Civil de Tecámac, donde paramédicos los revisaron a los migrantes antes de ser subidos a un autobús de la SEEM para ser trasladados a las instalaciones de la FGR ubicadas sobre la avenida Carlos Hank González (Avenida Central) en Ecatepec, donde serán entregados al personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y posteriormente iniciar los trámites para la repatriación de los mismos.
A finales de julio un grupo de ocho personas de nacionalidad colombiana y venezolana quienes se encontraban desorientados y deambulaban por calles de la colonia 12 de diciembre en Ecatepec, fueron auxiliados por elementos de la Policía Municipal quienes les ofrecieron alimentos, agua y ropa, así como atención médica para garantizar que se encontraban bien de salud y en óptimas condiciones para poder continuar con su camino rumbo al norte del país.
Las ocho personas solicitaron la ayuda de los uniformados ya que se encontraban perdidos. Todos contaban con sus papeles en regla que les permitían su estancia legal y la movilidad dentro del territorio nacional.