La laguna de Zumpango se secó completamente y más de 150 mil aves migratorias de 219 especies diferentes no llegaron esta temporada invernal; así desapareció el graznido de miles de patos o la majestuosidad de los pelícanos que volaron desde Canadá y no encontraron alimento, refugio, ni gota de agua.
“Los mejores años de la laguna que es cuando tiene agua, las abundancias de las aves en conteos mensuales sobrepasan los 150 mil, 160 mil individuos de aves.
«En lo que va del 2024 con relación a los últimos cinco años, pues se ha perdido entre el 75 al 97 por ciento de la riqueza y abundancia de las de las aves acuáticas en la laguna de Zumpango, prácticamente, al estar seco, ha desaparecido toda la avifauna acuática”, lamentó Araceli Rodríguez Casanova, coordinadora de la iniciativa Biodiversidad de la Laguna de Zumpango.
Desde 2003, los voluntarios de la iniciativa Biodiversidad de la Laguna de Zumpango realizan el monitoreo biológico de ese cuerpo de agua, y a partir de 2019 forman parte del programa Aves Urbanas de Zumpango, de la Conabio, por lo que de acuerdo a sus listados, saben con certeza cuáles son las especies que dependían de la laguna y que al quedar seca, resultaron afectadas.
Al explicar que la riqueza de aves se refiere a la diversidad de especies y la abundancia al número de individuos de cada especie, señaló que “el impacto ha sido muy notable, ya que en los años 2020, 2021 y 2022 tuvimos la riqueza más grande, es decir entre 135 y 140 especies de aves en la zona, estamos hablando de una pérdida sumamente importante sobre todo en la temporada de invierno”, cuando se llegaron a registrar hasta 160 mil aves.
De acuerdo con Rodríguez Casanova, las primeras aves migratorias llegaban a la laguna en agosto y septiembre, provenientes de Estados Unidos y Canadá; algunas utilizaban la laguna como sitio de descanso para continuar su camino hacia el sur del continente americano; mientras que otras solían pasar toda la temporada en este humedal del centro del país.
“En años pasados se veían lo que son patos, garzas, los pelícanos que llegaban desde Canadá a percharse aquí a alimentarse, pues ahora no llegaron, no se ven, y a pesar de que sí se llegan a ver en los alrededores como pequeños parches de parvadas de aves, no llegan en su totalidad aquí, porque no hay agua, no hay qué coman, algo vital para que se queden aquí”, dijo la bióloga Rosaura Álvarez, miembro del grupo Biodiversidad de la Laguna de Zumpango, mientras caminaba entre las lanchas abandonadas en el árido embalse.
La bióloga y maestra en Ciencias, Araceli Rodríguez Casanova, detalló que la laguna solía llenarse de distintas especies de patos, como el pato cucharón norteño, el pato golondrino, y las cercetas ala verde, que “tienen sus mayores números en abundancia en los meses de septiembre, octubre y noviembre sobrepasando más de 80 mil individuos de aves, y por ejemplo algunas otras aves como los palaropos hay conteos de 50 mil individuos en solo un mes”, destacó.
Los pelícanos son una de las aves más grandes del continente americano; en cuanto a su presencia en la laguna de Zumpango, han registrado hasta mil 800 individuos durante una temporada, y de los años 2018 al 2022, reportaron que 10 ejemplares permanecieron en la laguna todo el año. De ahí que la pérdida de la laguna, tiene fuertes implicaciones.
“Biológicamente, el hecho de que no haya el hábitat disponible para estas especies significa que se tienen que desplazar hacia otros hábitats, y hay otros humedales del centro del país es que se encuentran en condiciones muy similares a Zumpango.
«Estas aves viajan de 2 mil a 5 mil kilómetros desde sus áreas en Estados Unidos y Canadá, entonces se tienen que desplazar todavía más al sur en busca de humedales disponibles, es un gasto energético más”, añadió Rodríguez Casanova.