A la fecha hay 490 empresas de seguridad privada debidamente registradas ante la Secretaría de Seguridad, cuya vigencia en su mayoría vence en 2025, y se calcula que al menos el doble, es decir, cerca de mil, son irregulares. Así lo señaló Othón Tonatiuh Gómez Cesar Hernández, integrante del Consejo de Alarmas y Seguridad Privada del Estado de México (Caspem).
Por las condiciones en las que trabajan, aseguró, las empresas irregularidades se quedan con hasta 60 por ciento del mercado, principalmente residencial y comercial, porque no exigen todos los requisitos, así como por los precios tan bajos que cobran.
Refirió que la Ley de Seguridad Privada del Estado de México establece que se puede multar tanto al prestador de servicios como al prestatario, es decir, quien contrata a una empresa sin autorización, y la sanción va de los 500 a los 3 mil UMA’s.
“La presencia de este tipo de empresas se da en todo el país, no es una situación propia del Estado de México, aunque se da fundamentalmente en el sector residencial y comercial. No es lo mismo un fraccionamiento como Jajalpa, por decir algo, a un fraccionamiento de nivel económico muy bajo, y del tipo de servicio que soliciten, ya sea un velador, un vigilante o un guardia de seguridad. Lo cierto es que la gente busca economía y las empresas regulares cobramos más”.
Para trabajar, recordó, las empresas de seguridad privada deben contar con licencias de funcionamiento, pagar seguro social, contar con permisos de portación de armas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de requerirse, y lo mismo aplica para quienes tengan perros guardianes.
Aunado a la obligación de dotar de uniformes y equipos a sus trabajadores para que desarrollen su labor, de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, aunque muchas veces no es así. “Es correcto que nos los exijan, lo que pedimos es que hagan lo mismo con quienes no están registrados, porque si no, estamos en desventaja sobre todo porque los registros cuestan dinero y tiempo”.
Hoy en las empresas informales, destacó, los salarios oscilan entre 7 mil y 8 mil pesos mensuales, mientras las formales ofrecen entre 10 mil y 15 mil pesos con seguro social y todas las prestaciones de ley. En tanto, la edad de los guardias de seguridad privada oscila entre 25 y 50 años, mientras el porcentaje de participación de las mujeres ha ido incrementado considerablemente. “Hoy 40 por ciento del personal es femenino, cuando antes era solo 5 por ciento”.
Quienes no están en el Registro Estatal de Empresas de Seguridad Privada les llevan ventaja porque sus costos son menores al no pagar registros y autorizaciones; dan menores precios y se quedan con el mercado, subrayó el representante del Caspem.
Los costos, explicó, varían mucho dependiendo del perfil y el tipo de guardia que se requiera, pues no es lo mismo un velador para una obra que un guardia para una empresa o plaza comercial, que debe controlar sistemas de cómputo que implican capacitación o bien un guardia armado o que maneje un canino.
“Gastamos hasta 50 por ciento más que las irregulares, de ahí que baje el costo en la misma proporción y a veces más, porque no pagan impuestos”, finalizó.