Los tumores son considerados como una masa anormal que se forma cuando las células del cuerpo se dividen y multiplican exageradamente, sobre todo cuando son malignos.
Cuando hay un diagnóstico de tumores, es importante iniciar con el tratamiento médico, ya que estos pueden hacer metástasis, por lo que el tiempo de acción puede hacer completamente la diferencia.
De acuerdo con información del Centro Oncológico Internacional, los tumores malignos tienden a crecer en sólo unos meses, de hecho, suelen tener un crecimiento más rápido en comparación con los tumores benignos.
Lo peligroso de los tumores es que se corre el riesgo de que las células cancerosas se infiltren en el flujo linfático o sanguíneo, haciendo que el tratamiento para el cáncer sea mucho menos efectivo y pudiendo provocar la muerte del paciente.
El Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos señala que el cáncer metastásico siempre tiene síntomas, aunque estos varían según la zona donde estén los tumores metastásicos, por ejemplo:
Existen dolores de cabeza, mareos, crisis convulsivas cuando el cáncer se diseminó al encéfalo (cerebro)
Cuando el cáncer se extendió al pulmón hay falta de aliento.
Hinchazón en el vientre o tono amarillento de la piel y los ojos cuando el cáncer se extendió al hígado
A pesar de que hay tratamientos para los cánceres metastásicos, estos no son efectivos para curar el cáncer metastásico pero sí para controlarlo.
Es decir, no te podrás deshacer del cáncer metastásico pero sí alargar la esperanza de vida por unos meses e incluso en algunos casos, por años.
Sin embargo, también hay casos en los que los tratamientos sólo son paliativos, es decir, solamente sirven para controlar el dolor y las molestias para que la persona tenga una calidad de vida aceptable hasta el final.